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ENSEÑANZAS

INADAPTACIÓN JUVENIL: DESCONOCIMIENTO SOBRE LA ESENCIA DEL PROBLEMA

Inadaptación juvenil

Nuestra Madre nos decia: "Hijos no hay que dar contra nada, ni contra nadie porque lo que ocurre o esta por algo será."

La humanidad no puede quedar estancada: debe progresar; el hombre progresa pasando por la experiencia, incluyendo en esto a los sufrimientos. Todo lo que observamos en estos momentos como signo de malestar social, y que se le atribuye a la juventud, puede ser el inicio de una revolución social que traiga armonia. Por eso, nuestra tarea espiritual no es contrariar ni criticar, sino pensar que en todo esto triunfara la Divina Providencia. Recordemos que nuestra Madre decia:

"hay cosas que nos parecen malas y son para nuestro bien y cosas aparentemente buenas y son para nuestro mal."

Analicemos hijos, supongamos que esté en marcha una revolución social mundial para mejorar la vida humana, y la dirigen espíritus superiores en bondad, inteligencia etc., pero está presente también el mal, que quiere injertar su cizaña para que ese feliz avance de la civilizacion y del progreso, traiga el germen de la discordia.

La voluntad de Dios nunca - jamás- significa hambre, guerra, egoismo, crimen, vicios, incompresión, transgresión moral y/o legal, abandono de la decencia y la moral, etc. La voluntad divina es paz, amor, progreso, civilizacion y el progreso tambien se adquiere, por los cambios sociales como el que ocurrio con el advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo, cuyas enseñanzas impartieron una tremenda revolucion moral, religiosa en fin, social. Hijos lo que Dios no quiso, ni quiere, es que la humanidad se entregue a guerras, por causa de la verdad que trajo su enviado divino.

Cuando vemos que tales aspectos negativos ocurren, no se puede achacar a falta de educación o a esto o aquello, debemos pensar en que los de aqui, o sea los que estamos con cuerpo en la tierra, somos gobernados por los que están embanderados con el hijo rebelde (Diablo) y nos hacemos inocentes instrumentos de aquellos: Por eso decia luminosamente Nuestra Madre:

"Asi, pues, el hijo rebelde aprovechó la ignorancia nuestra, de no saber comprender debidamente a Dios que nos quiere dar la facilidad para ayudarnos y para vernos libres de sus malignas acechanzas. El mal nos envuelve por el aire, con el contagio de todas sus malignidades, haciendo colocar en los seres todos los elementos de perturbación sobre la grandeza de Dios y su existencia, ¿y para qué? Para atraernos a su bando, procurando doblegarnos por los sufrimientos que proporcionan las enfermedades, vicios, pesares, miserias, disgustos, discusiones y peleas por cuya causa reina de dia en dia mas los sufrimientos, pues tenemos el hijo rebelde que quiso y quiere reinar en el Reino de nuestro bondadoso Padre, y no siendo posible vencerlo de otro modo, aprovechó la ignorancia de los primeros, para envolverlos en el contagio de la malignidad y en las malignas esencias que el aire contiene, para poder acobardar a los seres con toda clase de sufrimiento en todo concepto, para que se desmoralicen y se aparten de Dios y arrastrar a quien pueda a todos los vicios, pasiones y maldades de la vida."

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ÚLTIMAS DISPOSICIONES DE LA MADRE MARÍA

Últimas disposiciones de la Madre María

"Mis amados y queridos hijos en general, enfermos, sanos, chicos, ricos, pobres, buenos y malos, a todos despejados limpios de corazon regenerados en un abrazo unidos os quiero para Dios.

Treinta y siete años de trabajo para vuestro beneficio sin reposo, recordareis en mis explicaciones os manifestaba que yo era instrumento de Dios, que mandaba sus emisarios para proporcionaros toda clase de beneficios, que en tantos años creo teneis las pruebas de que lo habeis recibido. Hija obediente de aquel Grandioso PADRE que permitió que viniese el Mártir (JESUS) a enseñar el camino que debiamos seguir y que para nuestro martirio, se tomo equivocado en suplicas y clamores que, al no hallar lo que se deseaba, la mayoria se entregan a la protesta y se alejan de Dios haciendolos hasta ateos, sin poder comprender que en aquellos momentos mismos que se dirigian a El, recibian el bien, pero que no se lo supieron hacer comprender. En la epoca presente, por ser mi espiritu formado primero quiso venir al mundo a formar la familia de la regeneracion, siendo Maestra para poneros en el camino verdadero en Dios dandoos ejemplos y pruebas que las teneis diariamente.

Santos no aceptan en la tierra por cuya causa tuve que pasar la primera evolucion de mi vida, pero mas tarde sana con Dios mis males y libre de obligaciones terrestres nuevamente de la tierra elevé mi alma a Dios, deseando hacer la Mision del bien para toda la Humanidad en general siendo nuevamente aceptada.

Muchos fueron los sufrimientos en mi primera existencia en la tierra, pero cuan inmensos fueron para preparar en el lecho del dolor este debil cuerpo para que pudiera resistir tantos y tantos sufrimientos que me esperaban por cumplir la Mision que deseaba.

Por ignorancia de los que no pueden comprender, no son culpables, por envidias y ambiciones mundanas, no comprendiendo el mal oculto no son culpables no saben defenderse son dominados por las cosas del mundo, apariencias que los confunden haciéndoles cometer errores que mas tarde les proporcionan muchos sinsabores; es necesario compadecer y desearles el bien; el que no tenga defectos, que tire la primera piedra para castigarlos. Yo, en nombre de Dios, a nadie nunca le pregunté si tenía faltas, para proporcionarle los beneficios, que están a mi alcance con mi voluntad, Dios por mi, ni les pregunto clase, condicion ni religion, ni ricos ni pobres, para todos soy igual; asi, pues, si saben las faltas de los demas es para saber lo que son faltas, no hacerlas, compadecer y desearles que se les quiten; ahora bien, tambien os decia que por mi espiritu Dios os haria mandar el bien combinado, pero lo que salia de todos vosotros tenia que recibirlo yo en mi ser pues ninguno lo quiere y en el aire no convenia, siendo amasado en mi para lo venidero.

Yo sabia que en este Agosto tenia que haber algo de cambio para mi, y he ahi mis queridos la gravísima enfermedad que me tiene en recogimiento espiritual para que puedan trabajar los emisarios de Dios sobre mi tranquilamente pero sin embargo se os ha permitido verme; ¡Ah, mis hijos queridos!, no podeis formaros una ides de los horribles sufrimientos que ha pasado vuestra Madre en todo este tiempo de enfermedad, pero con la confianza en DIOS todo se resiste, se alivia y vence, siempre que DIOS no disponga llevar a su lado a sus hijos y yo tengo que vivir en la vida del mundo y voy venciendo; sigo muy bien pero muy delicada todavia. No me beseis , pues no me agradan esas ovaciones; al natural, la mano de saludo y despedida, nada mas. No me beseis, hijas queridas; en tantos años os he probado que no he tenido miedo, recelo ni repugnancia; como una verdadera Madre debe ser para sus hijos.

Hoy no es conveniente para vuestra Madre el beso: comprended quien por vuestra Madre escribe si recordais quien os da el bien por ella. Me queda solo manifestaros que en adelante tampoco seré yo quien os de conferencias, sino quien DIOS puso para velar el orden de mi hogar primero; representante en la Ciudad y campaña ante la Justicia de la Tierra, y ahora Representante en mi Mision. No mireis el hombre de la Tierra por el mismo, sino quien lo gobierna. No ha sido preparado de antemano, no puede enseñar lo mismo, pero le escribiré las explicaciones para que os las lea hasta que pueda por si solo, para lo cual lo ayudareis con vuestra buena voluntad y el respeto debido por lo que representará; como si fuese yo misma en todo hareis con El, pues si os enseñe el respeto que debeis a mis apostoles por lo que representan, con mas motivo a El, agradecimiento por las palabras y consejos que os proporcione el bien, ayuda y proteccion. Para el escrito de mis explicaciones, teneis que tener un poco de paciencia hasta que DIOS disponga.

CUMPLASE LA VOLUNTAD DE DIOS en todo, es nuestro deber pensar y sentir de esta manera.

Vuestra Madre Maria"

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NO HAY MAL QUE NO PUEDA VENCERSE

por Diodina P. de Bisighini
No hay mal que no pueda vencerse

Las enseñanzas de la Madre María tienen por base regenerar el espíritu de todos los seres humanos, de confín a confín.

La misión principal de la Madre María es enseñar el camino más directo que conduce a Dios y el medio de estar más cerca y unido a él.

La Madre María practicaba las enseñanzas de Nuestro Maestro Señor Jesucristo, quien aseguró a los que tenían fe y seguían sus consejos recibirían el beneficio a todos los males y se salvarían.

La Madre María siendo maestra espiritual nos aconsejaba dejar curanderos, adivinos, espiritistas, manosantas y remedios caseros.

Siguiendo el cumplimiento de las enseñanzas de la Madre María nos encaminamos poco a poco hacia nuestra perfección espiritual, trabajo esencial en la vida de los seres humanos, siendo tan necesario aprender y poner en práctica su s consejos, como el alimento que sirve para nutrirnos cada día.

Constantemente aumenta el número de personas que llegan a la Misión de la Madre María, cansados por el sufrimiento o desmoralizados en procura de alivio a sus males.

Hoy estamos con cuerpo y mañana no, todos nuestros bienes materiales quedan en este mundo, nada nos llevamos al otro, sólo nuestras acciones buenas o malas, ellas obrarán en beneficio o perjuicio de nuestro espíritu.

Siguiendo los sanos consejos de la Madre María, nos sentimos impulsados a ser más buenos, y siendo más buenos experimentamos menos sufrimientos, debemos tener fe y confianza de corazón, que Dios por la Madre nos ayudará en todas las dificultades y necesidades de la vida. Cada uno debe tratar de sobreponerse a toda clase de contrariedades que se presenten.

El acostarse es para reponer las fuerzas de las horas de trabajo y descanso del espíritu; no se debe cavilar en horas de reposo.

El pensamiento bueno atrae el bien y el pensamiento malo atrae el mal; deben rechazarse siempre las malas ideas; sin darnos cuenta seguimos más lo malo que lo bueno. Por el recargo que existe, tenemos que cuidarnos mucho en su cumplimiento, porque todos estamos unidos con el pensamiento de confín a confín, como el telégrafo sin hilos y atraemos lo de todos.

La ley de Dios dice que no hagamos a otros lo que no deseamos para nosotros.

La Madre María enseñó que no debemos desear el mal a otros ni con el pensamiento, para que el mal que pensamos no recaiga sobre nosotros mismos.

Nuestra maestra espiritual aconsejaba dejar el tabaco, rapé, comidas picantes, alimentos demasiado calientes, no beber ninguna clase de bebidas alcohólicas, beber agua fresca cuando se tiene sed, como bebida esencial.

Con los consejos de la Madre María y nuestra idea puesta en Dios, día a día el bien de Dios aumenta en nosotros, y por sobre todas las cosas hay que evitar las malas obras, por ser la causa principal de todos los males.

Estamos en el camino de la regeneración de Dios por la Madre María que es el más grande y seguro. Durante el día al atender cada uno sus obligaciones, cualesquiera sean, nada nos impide poner la idea del bien para toda la humanidad, devolviendo siempre bien por mal. Hay que pensar bien, hablar bien y desear el bien, así se regenera el espíritu, no prestar crédito a la calumnia y siempre hagan lo que hagan, pasen lo que pasen, el deber de cada uno es estar con el pensamiento de Dios por la Madre María para llamar el bien sobre todos sin excepción, sin olvidar también el buen pensamiento sobre nuestros enemigos. Nada de odios, rencores, venganzas, soberbia, crítica, murmuraciones, calumnias, avaricia, y otros males que son cuña del diablo, contrario a la ley de Dios, nada de todo esto, por caridad, por bien de nosotros mismos y por el bien hacia los demás; recordemos que tanto el buen pensamiento como el malo, es esencia de bien o de mal, y que Dios necesita para su grandiosa obra, de las esencias de bien, porque de las otras, de las rústicas, hay demasiado que es necesario regenerar, y nosotros somos los instrumentos y obreros de Dios para esa obra regeneradora, así que tenemos que tener cuidado en su cumplimiento porque todos estamos expuestos a esa clase de tentaciones, por las tres partes malas que tenemos desde que nacemos, todos iguales sin excepción.

Practicando la obra de la Madre María, realizaremos el trabajo de la regeneración y preparamos para el más allá el traje del espíritu; el cuerpo queda en la fosa.

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TODO LO CREADO POR DIOS ES ETERNO

Todo lo creado por Dios es eterno

La existencia de Dios: Y vamos a ver hijos ¿existe Dios? Cada uno de vosotros podéis pensar como querráis, pero yo os digo que sí, que existe. ¿Y cómo existe Dios? ¿Lo habéis visto alguna vez? No seguramente. Pero mirad, me basta palpar su poder, su bondad y sabiduría en todo lo que vemos, en todo lo que creado, en todo lo que nos rodea, para darnos cuenta de su existencia.

Hijos ¿No veis su acción en todas las cosas de la Tierra, los mares y el infinito entero? ¿No palpais la vida puesta en todos los elementos del mundo entero? ¿No veis su obra hasta en la misma vida humana? ¿No comprendéis que hay un poder superior que gobierna todo lo creado, como es el crecimiento de las plantas, de los seres animados? Desde el más grande hasta el más insignificante microbio. La vida misma, la muerte en si, o lo que llamamos muerte (que es dejar el cuerpo solamente) y que son profundos misterios para el hombre. Pero Dios lo hace todo y todo lo maneja. ¡Porque sabed que no se muere nunca! Cuando perfectos somos, pasamos a la verdadera vida.

Hijos, todo lo creado por Dios es eterno. Formó todo lo que se ve y lo que no se ve, lo que se sbe y lo que no se sabe aún. Formó el firmamento con el sol, la luna y las estrellas, el mar y la Tierra, y por último, también formó al hombre y a la mujer con espíritu. Y ¿quién ha visto un espíritu? El espíritu no se ve, porque es una esencia, pero no como la de Dios: "Dios es pureza, perfección; nosotros tenemos que ir y volver muchas veces para llegar algún día a ser Esencia-Pura Dios. Tenemos sí, una chispa de aquella Esencia-Dios en nosotros, que es como un brote de bien, pero está envuelta en las rústicas esencias. Y ése es el motivo, por el cual debemos pasar por tantos y tantos cuerpos.

Hermanos ¿a qué venimos tantas veces al mundo? Venimos a perfeccionar nuestros espíritus, ¿Y cómo se perfecciona el espíritu? Pues con la instrucción de la Divina Ley de nuestro Padre Creador, y el sufrimiento pasando por todos los sinsabores, dolores, odios y rencores, que hemos hecho pasar a nuestros semejantes. También os digo, hijos, que existe ese "algo" que domina la materia, los sentidos, en fin, todas las sensaciones que experimentamos en la vida... Bueno, pues, a ese "algo", yo le llamo espíritu. ¡Ah!, Si no fuera por el espíritu, no me tendrías aquí ni un minuto. Os aseguro, ni me habrías conocido...

No lo vemos al espíritu, pero está unido al cuerpo como una flor a la rama que la crió, sin separarse de ella. Alguna vez se aleja, pero conservando la unión en donde quiera que se encuentren cuerpo y espíritu.

Mirad hijos: Muchos se acuestan sanos y buenos, y luego amanecen locos, perturbados y enfermos ¿Y por qué? Porque hay toda clase de espíritus en aquellos mundos. Por eso veis tantas cosas raras o malas en los sueños, y sobre los cuales no alcanzáis a explicaros. Pero es bien cierto que esa muerte aparente nos transporta, a veces, a ese mundo que no vemos, pero que existe.

Por eso os recomiendo que tengáis siempre a Dios en vuestros pensamientos. Al acostaros, no hagáis trabajar vuestra cabeza en cosas que se pueden pensar al otro día. Mirad que la almohada es mala consejera. La cama es para reponerse de las tareas del cuerpo y reposo del espíritu; el acostarse debe ser para dormir. Y decidme: Cuando una persona tiene vergüenza, ¿son sus brazos, son sus piernas, o es su espíritu el que la siente? Se refleja en su rostro la turbación, es innegable; pero es una impresión que siente en su espíritu. Ya lo veis.

Hijos. Dios también formó a "la mujer", su obra más grande: Es el taller donde se forma la humanidad. El ser que presta su taller mamá para los que vienen a tomar cuerpo. Los espíritus, sabéis… sin ella no sería posible la vida humana. Ésta, es digna pues, del más alto respeto y veneración. Por eso, debéis respetarla en todos los momentos y ni aún con la mirada de picardía debéis ofenderla.

Hijos ¿Quién de vosotros no tiene hermana, madre, hija, esposa, etc? ¿Les gustaría que les faltaran a ellas en cualquier forma? ¿A que no? Pues juzgad vuestras obras por la cuenta que os tiene. ¡Cuidad de ellas, ése es vuestro deber!

Hijos, Dios no condena ni castiga a nadie; somos nosotros mismos que nos castigamos. ¿Cómo creer que un Dios infinitamente bueno y misericordioso nos castigue? ¿No veis que no es posible, hijos míos? El hombre es libre y dueño de todos sus actos, pero también responsable ante Dios de todas sus obras. Cuidad, pues "no la hagáis, que no la pagareis."

Y si la persona es mala, haragana o viciosa, pensad sobre Él, que se abrirá el camino, dándole o haciéndole dar trabajo, porque trabajando estará más distraído, y no pensará mal o a quién perjudicar. Pensad que se le quiten sus vicios o faltas, si las tiene, que se corregirá y enmendará, que hallará un buen trabajo, y así con la ayuda de Dios, habréis cumplido.

No miréis si tiene faltas o no, que yo sirvo a todos por igual, y no le pregunto a ninguno si las tiene, si es negro, blanco, enfermo o sano, si cree en Dios o en nadie. Hacedlo por caridad, para vosotros. Y vamos a ver: ¿Hay alguno de vosotros que no tenga faltas? Ya sabéis el adagio que dice "Quién no tuviera defectos, que tire la primera piedra."

Lo principal, hijos, es amar a vuestros semejantes como a nosotros mismos, ayudando siempre al que sufre, sea amigo o enemigo, devolviendo siempre bien por mal. Si podemos ayudar materialmente, debemos hacerlo con el sentimiento más puro de confraternidad, sin ostentación, y si no, ayudar con el pensamiento para pasar la idea al que pueda y tiene para ayudar materialmente. Hagamos las obras con amor, con ese cariño de hermanos. No nos llamemos hermanos solamente de nombre. Tengamos todo el sentimiento de nobleza que la palabra hermano significa, sin fijarnos si tienen faltas o no. Si así lo hacemos, veremos cuan hermosa es la vida, y así cuántas satisfacciones tendremos, a pesar de los problemas que a diario se nos presentan. Unámonos todos como verdaderos hermanos, sin distinción de clases ni de razas, y olvidemos todas las obras buenas que ya hemos hecho y sigamos adelante, pensando en hacer cada día más obras buenas.

Hermanos, Dios es el obrero que ha puesto una obra en marcha. Esa obra consiste en la regeneración de las rústicas esencias que forman el universo, para que, poco a poco y al cabo de los tiempos, lleguen a ser esencias puras como Dios. El hombre es el instrumento más importante y preciado para ejecutar esa obra, ya que a través de Él, se cumple el proceso de regeneración.

El hombre es una dualidad: Espíritu (esencias rústicas al principio) y materia, el cuerpo que le sirve de habitación, y por el cual descarga su imperfección. El proceso requiere tiempo, y el camino del perfeccionamiento tiene una sola alternativa: El sufrimiento, como en un solo cuerpo no puede soportar los sufrimientos derivados del pulimiento para la perfección, muchos cuerpos se necesitan para alcanzar la meta. El espíritu se expresa a través del pensamiento. El pensamiento, unido a la voluntad, es un imán poderoso que lleva y trae, hace y manda hacer, para el bien como para el mal.

La religión de la Madre María es, fundamentalmente, unir los pensamientos y las voluntades, y ponerlas al servicio de Dios, para que su obra se cumpla. El buen pensamiento es enviado allí donde el sufrimiento, cualquiera sea su causa, acosa al hombre, llevando el alivio y la confianza en Dios, o previniendo las malas acciones o encausando a los espíritus por el camino de la regeneración. En la Misión de la Madre María, adquieren su verdadero sentido, las virtudes básicas que nos inculcó Nuestro Señor Jesucrito: Amor y Caridad.

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EL AMOR TODO LO REDIME

por Ángel Puentes
El amor todo lo redime

El amor todo lo redime y por el se regenerara la humanidad, pues no hay corazón humano que resista a la fuerza del amor. Pero el amor es un acto de fe y de sacrificio.

Pidamos entonces al Dios todopoderoso y a la excelsa Madre y Maestra espiritual, todo el amor necesario para poder convencer con humildad y fortaleza para atraer a los pobres y a los ricos al arrepentimiento y a la senda del verdadero cristianismo, pues solamente la práctica de dicho ideal podrá salvar a la gran familia humana por medio de la fe y del amor que es la luz más hermosa de la vida.

Llevemos esa luz a todos los confines de la tierra para que los seres sin distinción de clase, ni ideología puedan gozar de ella, y así de esta manera conquistaremos el reino de la justicia, de la libertad y de la paz universal, y principalmente esa paz tan indispensable para nuestro espíritu y que solo puede ser conseguida si nos entregamos con todas las fuerzas del corazón bajo la ayuda, guía y protección de la Divina Providencia, que es en esencia nuestro Padre Supremo Dios.

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MENSAJE A LA MUJER QUE VA A SER MADRE

Mensaje a la mujer que va a ser madre

Hay obras que hacen los hombres: pero son todas artificiales... Y están las que nacen: esas obras son las de Dios.

Toda obra del hombre, cuando la hace: ya existía en su mente, pero como el hombre no es la vida misma, sus obras a la vista no tienen vida; no se multiplican, no nacen, son perecederas. Sólo la individualidad es la vida propia que se crea el hombre mientras pasa su peregrinación en la tierra, en su cuerpo-taller: es según sus obras, no sus palabras. Allá, según como fue acá, andará peregrinando –sin taller– hasta que comprenda que su malestar, su intranquilidad y hasta sus sufrimientos, obedecen a su propia equivocación al crearse su individualidad de malos procederes y sus malos pensamientos.

Este despertar lo ilumina a una mayor comprensión hasta reconocer la necesidad de un nuevo taller para su espíritu, único medio para poder crearse una nueva individualidad mejor, que pueda proporcionarle vida de paz.

En ese estado de lucidez, próximo a volver a reencarnar busca el espíritu al taller Mama, sigue a la mujer que pueda ser madre; está junto a ella a la espera de que se haga la obra—taller para habitarla. Si esto fuera comprendido por las que pueden ser madres jamás se rehusarían a serlo: al contrario se prestarían en obediencia a Dios y por amor a aquellos afligidos hermanos, por cuanto, sólo pudiendo volver a la Tierra encontrarán consuelo a su vida de arrepentimiento. Los que logran nacer, desaparece en ellos todas las formas, sus obras, de la reencarnación anterior, no las recuerdan más: es en ese momento que termina su aflígente vida. Traen sólo en esencias sus deseos buenos o malos que se crearon en la anterior o anteriores peregrinaciones.

La mujer que va ser madre, si comprende lo que es esta santa misión, sabe educar al espíritu que esta con ella, a la espera del cuerpo taller que se forma en el suyo.

Le transmite pensamientos buenos de fé en Dios, de cumplimiento a la voluntad de Dios, ayudándole a regenerar su espíritu y luego después del nacimiento lo sigue ayudando, y cuando comienza a comprender lo ayuda a tener buenos pensamientos, sentimiento, a escuchar palabras que educan, y guiarlo por el buen camino, siempre le habla de Dios, de la vida del allá, le enseña como ser un buen cristiano, que el bien hay que ganarlo con buenas obras, que todos sus semejantes son sus hermanos a quienes, como a si mismo, debe amar.

La mujer que va ser madre, si comprende lo que es esa santa misión, donde Dios forma su obra y toma a la mujer como instrumento para formarla, sentiría el regocijo de ser eso; instrumento de Dios y ni siquiera en pensamiento pondría la idea en deshacer la joya predilecta de Dios, por medio de la cual el Supremo Hacedor saca todo el Universo. Nuestra divina Madre y Maestra –Dios por Ella– nos decía:

"Cuidadito, hijos, de deshacer la obra humana, (porque nos enseñaba) muy caro os puede costar"

Hoy vemos las consecuencias de la desobediencia: no son pocas las mujeres que no pueden ser madre, y de todo el mundo llegan noticias, lo mismo que en nuestra Argentina, de nacimientos múltiples, no ya el tradicional nacimiento de mellizos o de gemelos, sino el alumbramiento de trillizos, cuatrillizos, quintillizos, etc.

Por algo es que nuestra Maestra nos decía: Hijos, veréis, oiréis, y pasareis cosas que nunca habéis visto, oído ni pasado más malo que bueno. No olvidemos jamás, que debemos conocer a Dios, para así, poder obedecerle: esta será nuestra propia grandeza, para llegar antes a la pureza.

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RENACER MUCHAS VECES

por María Forte de Buyo
Renacer muchas veces

De las divinas enseñanzas expuestas por nuestra Madre y por Jesús también, que para llegar a Dios, es decir a la Pureza, Esencia Divina, un mismo espíritu tendrá que nacer muchas veces, que mejor será decir "renacer" ya que el espíritu propio (no el inteligente que vino a encarnar, sino el que se forma del cuerpo) nace o se forma una sola vez, y por lo tanto, las demás veces que vuelve a tomar cuerpo, ya no es nacer sino renacer.

El trascendente acto de renacer muchas veces es ley Divina, para que la humanidad pueda llegar al excelso Padre.

Existen doctrinas y creencias religiosas que no admiten los múltiples nacimientos. Hoy son pocos quienes rechazan lo que es tan evidente.

Las enseñanzas de nuestra Madre María han venido a aclararnos las de Jesús y son las que expongo a continuación.

Explicaba la Madre "Habéis oído la historia, Jesús se despide el jueves en la cena, el viernes lo entierran y el sábado aparece, son los tres días de la Semana Santa. Qué alegría cuando lo ven nuevamente entre ellos. Y después les dijo "Ahora tengo que ascender, no me veréis, pero ya sabéis que no soy muerto. Vosotros tampoco moriréis, algún día cuando perfecto sea vuestro espíritu a mi lado os conservaré eternamente sin sufrir, con las dichas eternas del Universo."

El eje de la doctrina está en esa expresión "Cuando perfecto sea vuestro espíritu" por cuanto es evidente que esa perfección no puede adquirirse sino mediante un proceso que no es otro que el adelanto del espíritu en los sufrimientos que debe padecer en distintos y numerosos cuerpos en la "amarga peregrinación de la vida terrenal, taller de la Perfección Espiritual."

Y agregaba la Maestra "Hijos, ¿existe algún ser perfecto en el mundo? No, lo perfecto ya no desciende a la tierra, los necesita Dios para nuestra Providencia, los que necesitamos regenerarnos y perfeccionarnos somos los moradores de esta tierra."

Dijo a propósito nuestra grandiosa Maestra "El espíritu humano, de inmundo que fue, llegará por la regeneración como la flor que viene del fango, a ser puro y limpio para unirse al Dios del Universo. Él no ha formado el espíritu para que luego se pierda. Ya sabéis que no pudo formarlo sino de las rústicas esencias que tenía, pero combinó y supo arreglar para que en las múltiples reencarnaciones vaya sacando la parte mala que contiene. Vean hijos, no hay ninguno que no tenga que hacer este trabajo (el que hacia la Madre) para vuestra Regeneración, es el último retoque de la perfección espiritual, y por eso recordaréis los antiguos que decían Este es el trabajo de Jesús, y yo me llamó María, pero no soy la Virgen Pura. Trabajará el Nuevo Mesias y comenzará la Nueva Era de la vida."

También nos enseñaba que si Dios ha sabido formarnos, "también sabe reformarnos" para componerse hay que descomponerse. La descompostura en el cuerpo corresponde a la descompostura del espíritu, que es el que está enfermo. Ello significa sufrimiento. Dichoso del que sabe el por qué del sufrimiento y sufre resignadamente. Por lo tanto, el sufrimiento es necesario para la regeneración del espíritu.

Se comprenderá que todo ese proceso (espiritual, pero reflejado en el cuerpo) no puede suceder en un solo cuerpo, no solo porque sería imposible de soportar, sino porque el pulimento requiere siglos: es el cumplimiento de otra divina ley: la regeneración.

El sufrimiento pule nuestras imperfecciones, que equivale a afirmar que poco a poco va quitando la ignorancia de nuestros espíritus y convierte en bueno lo que malo. Dios no ha formado el espíritu de la humanidad (su joya predilecta) para dejarla perder. Todo lo que Dios ha formado desde el principio es eterno, no puede perderse jamás. El mal mismo se trocará bueno, inexorablemente, unos primeros, otros después, al fin, todos serán para Dios.

Dice nuestra maestra "Hijos en cuerpo humano se formaron en el mundo y en cuerpo humano al mundo tienen que volver; imaginad que ambiente tenemos, somos peregrinos en el mundo, vamos y venimos a progresar."

Reencarnar muchas veces, es el cumplimiento de la ley de la regeneración. Es Salvación, entendiendo esto último como pulimento del espíritu para salvarse de la peregrinación amarga de la vida terrenal y lograr la dicha eterna del Universo, dice la Madre "Hijos, de lo último que habéis sido (fango) llegaréis a lo Primero, Dios."

"La inteligencia no se compra, debe hacerse, y para hacerse se necesitan muchos siglos, luego yendo y viniendo se irán aprendiendo todas las inteligencias del mundo."

Si fijamos nuestra atención al distinto criterio de los seres, distintos grados de inteligencia, de bondad o de maldad, etc. Encontraremos una infinita gradación de criterios, inteligencia, bondad, maldad y, en fin, de diferenciaciones que nos inclinan a admitir que no hay un ser que sea igual a otro. ¿Y en qué o dónde reside la diferenciación o la causa de ella? Dentro de una misma familia formada por padre, madre e hijos, que tienen una misma alimentación, la misma educación, el mismo ambiente, encontramos diferencias de unos a otros en criterio, bondad, inteligencia, etc. Hay una causa que produce el efecto apuntado, y no es otra, que una escala verdaderamente infinita en el grado de perfeccionamiento, que los seres humanos van adquiriendo, a medida que sus espíritus van pasando por múltiples cuerpos. Existen, pues, grados de progreso, que no se adquiere, sino gracias a las múltiples reencarnaciones mediante las cuales, se pasan pruebas o sufrimientos que impulsan el perfeccionamiento o pulimento espiritual.

En esa evolución (ley divina) existe un comienzo y un final: en el comienzo de la evolución del espíritu, hacia la perfección, predomina netamente la idea materialista o terrena: la inteligencia es insignificante o bien esos seres la emplean para lo mundano o la maldad; y luego poco a poco, en los distintos cuerpos, los sufrimientos que por su ignorancia va pasando, comienza a predominar la idea de la bondad, porque ha ido acumulando experiencia, ciencia, y, en fin, todo lo que el ser humano pasa y sufre en la práctica del libre albedrío. La influencia de la materia haciéndose cada vez menos intensa, hasta quedar desprovisto de toda rusticidad: el espíritu, entonces es, cuando llega a su total perfeccionamiento, y ya es alma, según así nos enseñara la ilustre Maestra.

El motivo de la multiplicidad de encarnaciones es la expiación: "Tente, Pedro, que al que hierro mata a hierro muere", "No lo hagas y no lo temas", "Cada uno según sus obras", "Nada se pierde."

No hay nada más justo, ni más necesario, ni más celestial providencia, que la reencarnación, decía nuestra Madre que "Vamos y volvemos: una vez somos padre y otra vez somos hijos. Dios formó este orden. Por el amor viene la regeneración. El único lazo disoluble de la enemistad, es el lazo de la sangre." Y nuestra Madre explicó: "Dios no quita el derecho de la regeneración a sus hijos malos; descenderemos tantas veces cuantas sean necesarias hasta la perfección del espíritu, así llegará a ser alma."

Ya lo decía la grandiosa Maestra:

"Saber por qué se vive: por la perfección: Buenos sentimientos, buenas palabras, buenas obras, buenos hechos."

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LA RUSTICIDAD DEL ESPÍRITU

por Francisco Bozzarello
La rusticidad del espíritu

Nuestra Madre decía refiriéndose a la formación del mundo y a Adán y Eva en particular que lejos de dichos dos primeros que a su lado tenía, es decir, al lado de Jesús, el Padre junto a él, también Dios formó a otros seres con las esencias rústicas que encontró. Y agregaba Él no tiene la culpa de haberlos formado así, pues combinó con lo que encontró "si a la modista se le da género ordinario, no puede hacer traje fino. Explicaba la Maestra que Dios formó el bien y el mal, para que no sufriéramos tanto.

Dios supo formar, con lo rústico (impuro o imperfecto) que quedo, (después de ser él) todas sus obras, mas en la formación con las esencias rústicas (fango) colocó un brote de bien, para que poco a poco tal rusticidad llegue a la pureza. Y decía la Madre "de lo último que hemos sido, (fango) hasta llegar a lo Primero, Dios."

La obra de Dios, divino arquitecto, es la vida de él venida. Todo lo que vida tiene, le pertenece y todo lo que él ha creado con lo rústico, tiene un mismo y solo fin, convertirlo en pureza, como él. Esta es la voluntad de Dios, ¡Cúmplase su voluntad!

La necesidad natural de la humanidad, como consecuencia de esa divina ley, es "Perfeccionar" su espíritu, y hacer que su rusticidad la convierta en pureza, esto significa "Evolución Espiritual" evolución que no está manejada por Dios, como nos enseñara nuestra Maestra, por cuanto la humanidad goza del más libre albedrío, es decir, potestad humana de obrar cada uno por si mismo, en libertad, con reflexión, no siempre gobernada por la razón.

Nuestra grandiosa Maestra decía "Que tal libertad y tal libre albedrío, ha quedado más en manos del mal, que en las del bien, pero el bien siempre es vencedor."

La evolución espiritual va acompañada siempre de sufrimiento, y el sufrimiento es el fruto de nuestra siembra de mal, ¿y por qué? Precisamente porque no oye la humanidad, a su sana conciencia, sino a conciencias ajenas gobernadas por el mal. Esa es la justicia divina, lo que no quiere decir que Dios castiga, sino que al cosechar nuestro sembrado de mal, nos castigamos a nosotros mismos "Cada uno según sus obras."

Siguiendo la ley divina, todos los espíritus marchan hacia la perfección, y para llegar a tan ansiada meta, tenemos necesidad de nuevas existencias (muchos cuerpos) en cada una de las cuales, padecemos lo que hemos hecho padecer "es el sufrimiento respecto del cual, nuestra Madre dijo "era la verdadera dicha de la humanidad", refiriéndose que gracias al sufrimiento, expiamos los efectos de nuestro mal obrar, o sea, que a través de las distintas existencias corporales, el ser humano tiene ocasión de progresar.

Además, el espíritu necesita de nuevas existencias corporales, para adquirir los conocimientos de todas las ciencias y todas las experiencias, todo lo cual no está exento de sufrimientos. Hermanos "El dolor es el gran maestro de la humanidad. ¡Qué lección tan sublime encierra a veces, una lagrima que vertemos o que enjugamos! "

"El dolor espiritualiza al hombre más grosero, torna grave al más pueril, lo aleja de la cosa de la tierra y parece que le hace mas digno de comunicarse con Dios."

"El dolor levanta al caído, estimula al fuerte, confunde al sabio, inspira al ignorante y establece un lazo de amor entre las que se aborrecían."

La rusticidad nos hace ignorantes. Por tal ignorancia es que no dejamos que se cumpla la voluntad de Dios, y así también la ignorancia impide a muchos creer en su propio Creador, casi toda la humanidad teme la llegada del fin de sus días, por ignorar la divina ley de la creación, que ha formado al espíritu humano, "Eterno como su Creador" y para que no llegue ese fin, la humanidad pretende evadirlo ingiriendo substancias, que contrarían la voluntad divina de la regeneración. Los vicios y pasiones agregan el resto, para que en vez de progreso haya retroceso. Ignora la humanidad, que todo lo que coloca, que no sea alimentos sanos, suaves y nutritivos, es esencia de mal que se lleva en el espíritu y con el vuelve en nuevos cuerpos "así lo rústico se acrecienta", pero cuando llega el momento en la evolución espiritual, que es momento de comprender, que para arreglar al espíritu, vale decir, regenerarlo, hay que tener muchos cuerpos, donde se sucederán las descomposturas, imposibles de evitar, para lograr componer o regenerar al espíritu. Decía nuestra Maestra:

"Mirad hijos, para componerse, hay que descomponerse, que no es enfermo el cuerpo, sino el espíritu en el cuerpo solo se manifiesta la enfermedad que traéis en el espíritu, y por eso os digo que ni un medio hay sano."

Siguiendo aquella luminosa explicación, podemos afirmar, con nuestra Madre que no es solo el cuerpo el que se descompone, sino cuerpo y espíritu, en el cuerpo podemos ver la descompostura, pero como no vemos el espíritu, tampoco se puede ver la descompostura en él. El efecto es lo que podemos palpar, pero no la causa, que es producto de nuestra ignorancia, rusticidad del espíritu.

Descomponernos, para componernos, significa sufrimiento. "Bendito sea, pues el sufrimiento."

Y agregaba nuestra excelsa Madre "Si se ha colocado mucho (venenos) tarda más en irse, ¿sabéis hijos? Por supuesto que cuando el sufrimiento perdura, no queremos comprender, que la regeneración exige paciencia y conformidad, ni creemos que Dios sea nuestro médico y el alimento sano y nutritivo nuestro mejor remedio, en otros términos nos negamos a facilitar la voluntad de Dios, que es la de arreglar para llegar a la pureza."

A todo lo dicho, agregamos "No solo sufrimos por lo que hemos colocado, sino por lo que nos traen los peregrinos, aquellos que se fueron envueltos en el sufrimiento y martirio de sus dolores, vicios y pesares emanados del apego al rústico fango, por lo tanto somos, cada uno enfermos de lo propio, pero también enfermos, por lo que nos injertan los que vienen con nosotros y que no podemos alcanzar a ver, nos descomponemos por lo nuestro o por lo ajeno. Esto ultimo es Caridad, pues si dejamos que Dios obre, nos limpiamos a si mismos (o en si mismos) e instruimos a aquellos, preparándolos para que emprendan el camino de la regeneración, por eso es Caridad, por la salvación que conseguimos en favor de nuestros hermanos. Estos a quienes salvamos, no se limpiarán con nosotros, porque para ello se necesita cuerpo propio, pero aprenden, comprenden, y se arrepienten, esa es nuestra obra, salvarlos."

Todos tenemos rusticidad y todos evolucionamos hacia la Pureza. En esa gradación infinita que existe desde la plena rusticidad, hasta llegar a la Pureza, hay también una gradación correspondiente con la materia (nuestro cuerpo ) cuanto mas rústico es el espíritu que anima la materia, mas apego a lo mundano y cuanto mas cercanos a la Pureza, el cuerpo-materia muestra insensibilidad por lo mundano y es el cuerpo hermoso que el espíritu lleva. "Lo moral es el fruto que se cosecha de estos últimos, comprendiendo a la idea de moral el cumplimiento total de la ley divina."

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LO QUE NO DEBEMOS OLVIDAR JAMÁS

Lo que no debemos olvidar jamás

LA IGNORANCIA DEL ESPIRITU

Lo que se coloca por ignorancia en el cuerpo, en el transcurso del tiempo es porque no supimos, llevar a Dios en nuestra alma debidamente, son los que nos proporcionan los sufrimientos. Él, Dios, procura aliviarnos y siendo tanto no lo puede todo evitar, ni por medio de quien estudió, ni directo por la fé, como no pudo evitar para Él (Jesús) mismo.

LA CONFORMIDAD

En fin en todas partes siempre tiene que existir algo, para no tener el completo bienestar, siendo así necesario para acostumbrarse a la conformidad, así pues, el mal nos proporciona las mortificaciones de la vida, en la peregrinación amarga, de la vida terrenal, y para la perfección de nuestro espíritu nos servirán. Por lo tanto nos hace sufrir, el mal, para nuestro bien. Pero cuando Dios dispone no existe otro remedio, que conformarse con su sagrada voluntad. La conformidad pues, es la que se debe procurar adquirir, con su ayuda.

CÓMO SE PERFECCIONA EL ESPÍRITU

Pobres, mis queridos hijos, cuanto sufren en la vida en la peregrinación terrestre para la perfección espiritual. Ánimo queridos hijos, y constantes, como soldados de Dios, ayudémosle a vencer la terrible batalla, que el mal nos proporciona. Firmes en continuar, el trazado camino, apartando los escollos y avasallando.

CÓMO DEBEMOS OBRAR

Hijos haced el bien, sin mirar a quien, clase, condición, color, religión ni nacionalidad. El bien por el bien mismo. Cumplidlo hijos, que eso es obediencia y amor a Dios. ¿Y por qué? "porque cada uno es según sus obras."

QUÉ ES LA CARIDAD

Nuestra Madre, en su práctica del bien, compartió sus bienes terrenales con los necesitados, vendió sus joyas, sus muebles, en fin, cuanto tenía. TODO LO DIO EN SU CARIDAD.

Cada uno de nosotros en la medida de nuestras fuerzas espirituales, o dicho de otro modo, según sea nuestro adelanto espiritual, imitaremos a la Maestra hasta donde no nos resulte doloroso hacerlo, pues "Por el fruto se conoce el árbol."

CÓMO SE QUITA EL SUFRIMIENTO

Nuestra Madre era muy feliz cuando nos veía felices, pero en presencia de nuestros sufrimientos nos alentaba a ser fuertes para no dejarnos vencer, a tener paciencia, con la fé y confianza en Dios.

LA CIENCIA ES DE DIOS

Jamás recetó remedio alguno, cuando se allegaban enfermos en la creencia equivocada que nuestra Madre tuviese el don de curar, no daba ni agua por remedio, ni remedios caseros, a quienes en este error se hallaban, bien pronto comprendían la verdadera Misión de la Santa Maestra, cuando nos decía "Si venís por la materia, ahí tenéis la ciencia de la tierra, id a ella, los médicos, ¿sabéis? Que para eso han estudiado. Mas luego no los culpéis si no os pueden devolver la salud o se les mueren enfermos ¿No se le mueren, también a ellos, sus esposas o sus hijos poniendo todo su saber y su abnegación? Hijos ¿Y por qué la ciencia es impotente para curar tantos males? Porque éstos nacen en el espíritu. ¿Acaso tantos vicios, pasiones inmundas, malos procederes y maldad, que se transmiten a la materia y la enferman? Yo os hablo siempre del bien para que os defendáis del mal, de esa madeja que vosotros, en vuestra ignorancia, habéis ayudado a enredaros."

QUÉ ES EL PODER

Desde la época de Pancho Sierra, la gente hablaba del "poder" que traía emanado de Dios, y tanta era esa creencia a causa de ciertos milagros ocurridos en su presencia, que cuando Pancho Sierra anunciaba la seguridad de su partida para el más allá, en fecha que él les anunciaba, sus adeptos le preguntaban "A quien dejaría su poder" y su respuesta fue "A quien se lo gane" y agregó "mas en la Tierra os queda Maria, buscadla y la encontraréis."

Y Nuestra Madre nos esclarecía acerca del pretendido "poder" diciéndonos, "Mirad hijos, yo no tengo ningún poder, el poder que llamáis, es de Dios únicamente, que ÉL no se lo da a ninguno, y si yo no lo tengo, menos puedo darlo a nadie. El bien hay que ganarlo ¿sabéis? Cada cual por sus propios medios, yo os doy la facilidad para ayudar a comprender, que yo lo aprendí directo. Si queréis tener el poder, entregaos de cuerpo y alma a Dios cumpliendo mis palabras, ejemplos y obras, así tendréis aquello que vosotros llamáis mi poder."

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DOCTRINA II

por Leonides Armendáriz de Sallaberremborde
Doctrina II

La Madre María vino al mundo a Enseñar, porque le correspondió, y le dieron el nombre de Madre, porque sabía enjugar las lágrimas de todos los que sufrían, amándonos, y Maestra, porque adquirió todo el conocimiento de las cosas de Díos, en tantas idas y venidas, en distintos y muchos cuerpos llegando a la Pureza, enseñándonos la Verdad, para que, nosotros también podamos llegar a Aquel Grandioso Padre. Lo conseguiremos, si ponemos voluntad para comprender.

Cuando visiten los colegios o templos y escuchen las enseñanzas de la Maestra incansable, no se aprenderá, ni comprenderá en un día o en dos, por más que se repitan las enseñanzas acerca del amor que, sobre todas las cosas debemos a Dios y a nuestros semejantes. Allí van a encontrar la paz para vuestros espíritus, y conocerán al verdadero Dios, que no castiga, que perdona, que no tiene en cuenta los defectos de sus hijos para castigarlos.

Como Ella había llegado a la Pureza, pudo enseñar con la palabra y con el ejemplo: algún día, también nosotros llegaremos a la perfección del espíritu y haremos y obraremos como nuestra Madre, y ese día llegará más pronto, si obedecemos a la Maestra y seguimos sus consejos.

Ella nos decía que existe Dios, que tenemos espíritu, que hay más malo que bueno, que vamos y volvemos muchas veces, tomando distintos cuerpos, más, que no se muere; y explicaba: "Quién esto comprenda, sufra lo que sufra y pase lo que pase o tenga que pasar, no se apartará de Dios y la Madre hasta morir... Y, como no se muere, Nuestra Maestra quería significar que Dios está en todas partes, y que tenemos que llevar la idea y esencia de Dios en nuestros pensamientos y nuestros corazones en todo y cualquier momento, sea bueno o malo, obrando bien, pensando bien, incluso hasta nuestro postrer momento, cuando dejemos el cuerpo, que no es morir, sino simplemente, dejar el cuerpo."

Nuestra Madre nos enseñaba que Dios es una esencia Universal, Pura, de bien: "No es un hombre como los de la tierra, que somos formados a su semejanza y hechura, es decir, eternos como El y de esencias como El. Dios es la esencia que da la vida, pero que jamás la quita; Dios no sabe castigar, pero la ley divina es que castigamos a nosotros mismos, según lo que sembramos, eso cosechamos.


Todo lo creado por Dios es eterno; todo lo formó El, hasta formo el mal para nuestro beneficio; esto último es muy difícil de comprender... ¡Ya comprenderemos! Dios formó todo lo que se ve y lo que no se ve, lo que se sabe y lo que no se sabe aún. Formó el firmamento con el sol, la luna y las estrellas, el mar y la tierra y por último, al hombre y a la mujer con espíritu; y, ¿Quién ha visto un espíritu? El espíritu no se ve porque es una esencia, pero no como la de Dios: "Díos es Pureza, perfección; nosotros tenemos que ir y volver muchas veces para llegar a ser Esencia Pura-Dios. Tenemos, sí, una chispa de aquella Esencia-Dios en nosotros, que es como un brote de bien, pero está envuelta en las rústicas esencias y ese es el motivo, por el cual debemos pasar por tantos y tantos cuerpos. Y... ¿A qué venimos tantas veces al mundo? Venimos a perfeccionar nuestros espíritus, ¿Y cómo se perfecciona el espíritu? Con el sufrimiento, pasando por todos los sinsabores, dolores, odios y rencores, que hemos hecho pasar a nuestros semejantes. Todo esto y mucho más, se aprende en los colegios de la Regeneración de los llamados, elegidos y escogidos que reza la ley de Dios.

Lo principal hijos es: Amar a vuestros semejantes como a nosotros mismos, ayudando siempre al que sufre, sea amigo o enemigo, devolviendo bien por mal. Si podemos ayudar materialmente, debemos hacerlo con el sentimiento más puro de confraternidad, sin ostentación, y si no, ayudar con el pensamiento para pasar la idea al que pueda y tiene para ayudar materialmente, hagamos las obras con amor, con ese cariño de hermanos. No nos llamemos hermanos solamente de nombre, tengamos todo el sentimiento de nobleza que la palabra hermano significa, sin fijarnos si tienen faltas o no, tal como hacía nuestra Madre; si así lo hacemos, veremos cuán hermosa es la vida, y así, cuántas satisfacciones tendremos, a pesar de los problemas que a diario, se nos presentan. Unámonos todos como verdaderos hermanos, sin distinción de clases ni de razas como nos enseñó nuestra Madre. Olvidemos todas las obras buenas que ya hemos hecho y sigamos adelante, pensando en hacer cada día más obras buenas.


Dichosos de los que se prestan para el bien, hermanos queridos. Hay muchas clases de sufrimientos, y si podemos ayudarlos en algo, no les demos la espalda, para que algún día no nos den a nosotros la espalda; escuchemos los ruegos del que nos pide o nos suplica, y démosle una palabra de consuelo y con nuestro pensamiento solicitemos a Dios por la Madre que se le abra un camino; lo que hagamos con Buen sentimiento, como si fuera para nosotros mismos, pero en bien de los demás, es esencia de bien "que nos protege" para que podamos seguir haciendo el bien; es la protección directa de Dios.

La Madre nos enseñaba que en el aire están las esencias de bien y de mal y nosotros con nuestros pensamientos -que es imán- podemos ayudar a nuestros hermanos pidiendo a Dios por la Madre de corazón para ellos.

La verdadera caridad, es aquella que se inspira en el amor a Dios y en el amor al prójimo; es la obra Santa de dar a un semejante lo que buenamente está a nuestro alcance, sin ostentaciones ni humillaciones, sin la idea de que esa buena obra nos sea devuelta, en una palabra, que para ejecutar ese acto a verdadera conciencia, debe hallarse desprovisto de interés.

Dentro de esta Virtud Teologal, sólida base de la sacra doctrina que sigue nuestra Apóstol Madre, existe algo así como una consecuencia de capital importancia, y que no debo omitir, por cuanto en ella va expresada la nobleza del sentimiento humano, y más aún, para aquellos seres que interpretan las sabias enseñanzas y mandamientos de la ley de Díos, y que nuestra Madre nos inculca en sus bien fundadas prédicas: Es el perdón.

El Perdón es la clemencia que tiene su fuente en las buenas almas y las hace disculpar y olvidar las ofensas de toda índole, que los seres apartados del bien les infieren.

Esta palabra, el Perdón que encierra tanta grandeza, nos incita a no guardar rencores, ni odios, para quienes nos han hecho o tratado de hacer daño; por el contrario, devolviendo el bien, por el mal; de esa manera es que se cumple con los preceptos de Dios, y que nuestra Madre nos enseña "Perdonar para ser perdonados."

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DOCTRINA I

Extraído de la Revista doctrinaria "Páginas de Fé"
Doctrina I

"Sé feliz cambiando tus sentimientos de maldad en sentimientos de bondad, para bien de todos y de ti."

Todos somos hijos de Dios y, en consecuencia, hermanos por aquella causa-verdad. Y si todos hiciéramos cuanto nos sea posible por respetarnos, considerarnos, perdonarnos y compadecernos, nos encaminaríamos sin error al amor hacia nuestros hermanos, que es el Único camino que conduce a Dios, a donde, todos, tendremos que llegar.

No fue reconocido, Jesús, como Dios mismo, por sus palabras, sino por sus obras. Obras de amor. Si Jesucristo hubiese sido reconocido tan sólo por sus palabras, la Tierra estaría hoy, llena de "Hombres-Dioses": Uno solo es el camino que conduce a Dios y ese camino está formado, no de palabras de amor, sino de obras de amor hacia la humanidad.

Porque ya lo dijo el Maestro, tomándolo como estandarte de su Misión nuestra Madre: "Obreros de mi obra quiero yo haréis lo que yo hago, cada cual según sus obras." Solo se es cristiano, de verdad, imitando fielmente a Jesucristo en sus obras. La Madre María no vino a imitar sino a cumplir la misma obra y con su ejemplo, a aclararnos que cumplir la obra es introducir el más puro amor... de Dios, y no aquello que expresa: "Ojo por ojo, diente por diente, con la vara que mides serás medido." La vara de "medir" que tuvo Jesús y la vara de "medir" que tuvo nuestra Santa Madre, no fue, precisamente la de "sacar un ojo porque tú me sacaste un ojo" sino que fue de amor y perdón al equivocado. Ni tampoco "al que a hierro mata a hierro muere", porque obrar como Dios quiere que obremos, u obrar cristianamente, no es usando el mismo hierro con que tú me has herido, para herirte, sino el amor. Porque Dios no da armas en su nombre para matar al hermano semejante, porque su única arma es Amor y Perdón, Paz y Armonía.

Cómo, sino, podríamos emparentarnos con aquella Verdad que nos señala el camino que al frente tiene una leyenda que dice "Ama a tu prójimo como a ti mismo" ¿Y como nos amamos? Explotándonos, engañándonos, mistificándonos, despreciándonos hasta el odio: ¿Hijos, esa es la verdadera obediencia a Dios?


Sin embargo, la humanidad aun no ha podido comprender que para llegar a su destino, Dios, tiene que transformar de su espíritu la inútil venganza "ojo por ojo, diente por diente, con la vara que mides serás medido" y edificar en su lugar todo un cielo de Amor, para poder devolver bien por mal. Porque es mentira, contrario a la Verdad, cuando se dice por ahí: "la ira de Díos" o "la maldición de Díos" o "el castigo de Dios": Díos carece de tales "atributos" que son fruto del mal, sencillamente porque la "Esencia Pura Dios" carece de la más mínima partícula del mal. ¿Acaso pretendemos inculcar la obediencia a Díos a base del miedo a irritarlo, a sus maldiciones y castigos? La obra de Díos -por sí misma- destruye todas estas equivocadas creencias. ¿A dónde iríamos a parar si le tomamos "miedo" a Dios? Sencillamente, al mal.

En nosotros sí que hallaremos ira, maldición y castigo. Mas, si nosotros, en nuestro estado de imperfección, producimos pensamientos y obras de ira, castigo, maldición y demás, por qué hemos de considerar que ello es también en Dios. El es la fuente pura y clara de la verdad. ¿Si el hombre miente para tapar su vergüenza? ¿Qué verguenza querrá tapar lo perfecto, Sabiduría Dios? Cuando el Espíritu Santo, Díos en Jesucristo, soportará las peores amarguras, sufrimientos y hasta el suplicio a qué la humanidad de entonces lo llevó a pasar, no se manifestó en EL ni antes, ni en la cruz ni después de la cruz, ninguna ira, ni maldición, ni castigo, sino el Perdón verdadero, emanado de Díos mismo. "Perdónalos, Padre mío, son ignorantes, no saben lo que hacen": fue algo así como abogado nuestro para pedirle al Padre lo que Jesús sentía: Perdón.

Tememos encontrar la ira, la maldición y el castigo en nosotros mismos: Pues entonces, busquemos descubrir la causa del mal, que en nosotros está, para librarnos de ella: "mas, sin lucha es imposible." Porque para imitarlos, siquiera, a Jesús, o nuestra Madre, tendremos que quitar de nuestros espíritus toda la causa de nuestro mal, que no es otra que ignorancia amasada en nosotros, como la sal en el pan.


Jamás llegaremos a ser cristianos de verdad si no introducimos la verdad en nosotros, para quitar la maldad y proscribir la mentira y la falsedad. Porque no se trata de que nos bauticemos por el nombre, sino por lo que significó el nombre o título de Cristiano: Cristiano significa ser hijo fiel, obediente a la voluntad de Dios Padre únicamente, como fue nuestra Madre y como fue nuestro Señor Jesucristo. "Con palabras se miente... Los hechos son la realidad."

La base de la enseñanza de Cristo, como la de nuestra Maestra, Madre en Regeneración, no fue solo la "teoría" acerca de las leyes de la Verdad de Díos, sino la practica de lo que las palabras dicen, es decir que se dice y se hace: Lo que dijo Jesús "Hareis lo que hice" cada uno según sus obras.

Así siente y piensa la Comisión de Prensa.

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¿EXISTE DIOS?

por Leonides Armendáriz de Sallaberremborde
¿Existe Dios?

¿Existe Díos?, dice la Madre, ¿Pero dónde está Dios?, dicen muchos. Dios está en todas partes del Universo, en el agua, en la tierra, en las plantas, en los animales, en el aire que respiramos, en nuestra conciencia; pero no lo sentimos, porque Dios es amor, Dios es nobleza, Dios es la verdad, Dios es la justicia, Dios es la caridad, Dios es el perdón, en fin, Dios es Todo, y no lo encontramos a Dios porque no sabemos perdonar, somos egoístas, orgullosos, celosos, nos llamamos hermanos, y en vez de levantar al caído, como reza la ley de Dios, lo criticamos para hundirlo más en su desgracia.


Dichoso de aquel que escucha la voz de su conciencia; ese ya encontró a Dios, no necesita nada, ya tiene todo, como dice Santa Teresa de Jesús: "Quién a Díos tiene, nada le falta, solo Dios basta."

La Madre nos dio un ejemplo de esto, Ella repartió todos sus bienes materiales a los necesitados, y sin embargo nunca le faltó nada, porque ella no le daba cabida al mal, y por eso nos decía: "¿Queréis que os haga a vosotros lo que ha sido bueno para mí?" y no crean ustedes que la Madre decía eso porque con esas solas palabras podía aliviar nuestros dolores y nuestros padecimientos, no queridos hermanos. Ella vino a enseñarnos a conocer al verdadero Dios, porque conociéndolo ya sabremos defendernos del mal oculto; y no sólo eso, sino que también sentiremos la alegría de enseñarles a los espíritus que nos rodean lo que ha sido bueno para nosotros, como decía la Madre; por eso les recomiendo siempre en el recogimiento que hay que dialogar con ellos y enseñarles todo lo que nosotros hemos aprendido en el colegio de la Regeneración; pero más pronto aprenderán ellos si nosotros rechazamos todos los vicios y pasiones mundanas, y haciendo buenas obras y poniendo mucha atención en las conferencias que nos impartía nuestra Madre y nosotros leemos en los templos.


Hermanos, si nosotros damos valor a las palabras de nuestra Madre, que es la palabra de Dios, si interpretamos cabalmente sus enseñanzas y además las ponemos en práctica, habremos ganado la mayor de las fortunas, porque esas enseñanzas nos servirán para este mundo y para el más allá, y no nos preocupemos por nosotros, que no nos faltará lo necesario para nuestras necesidades; pensemos en nuestros hermanos que no tienen la dicha inmensa de conocer a Dios y viven por ello en la peor de las tinieblas.

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CÓMO AYUDAR A LA HUMANIDAD II

Cómo ayudar a la humanidad II

Jesús dijo: "Bienaventurados los que sufren porque de ellos será el Reino de los Cielos."

Cuando os enteréis donde está el sufrimiento, y aún sin sufrimiento determinado, enviad el bien allá donde haga falta, para alivio de todos los seres que sufren, pensar el bien, no priva trabajar, ni impide vuestras ocupaciones, ni vuestras visitas, ni andar por las calles, ni impide estar en el teatro, en el cine, ni en las diversiones; con el pensamiento podéis enviar las esencias de bien a todas partes, y si os reunís en la casa de los Apóstoles, tanto mejor, para el cumplimiento, no sabéis cuanto bien recibís, porque la unión hace la fuerza que Dios utiliza para su Grandiosa Obra.

No pueden saber entre tantos y tantas, ¿Quien no tiene trabajo? encuentren o no deben buscar, no dejen de averiguar donde esta la necesidad, vosotros sois muchos y podéis saber quien necesita, hay gente y familias verdaderamente necesitados, y sin embargo no piden, si piden la limosna sepan lo que tienen que hacer, piden por caridad, darles, no por ellos, sino por caridad, por cumplimiento; a mí no, pero sí a vosotros os corresponde averiguar donde está la verdadera miseria.

Cuando encontréis la familia necesitada de verdad, quién puede voluntariamente y sin ostentación, la ayudaréis, haced la caridad como enseña la Ley de Díos y que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, así ganaréis el verdadero mérito ante Dios, sin privarle el derecho a los demás y sin sacrificio, de corazón, en fraternidad para todos los seres en Dios, que es noble y hermoso. Yo cumplo; así debe pensar cada uno.

A la familia se le enseña de igual manera, sin obligarla. La Madre no quiere discordias de ninguna clase, con vuestro buen pensamiento mandaréis el bien sobre ellos y cuando sea la hora acudirán; hay que preparar el terreno, la hora la sabe Dios. Ahora somos nosotros los que tenemos que seguir esas ideas para practicarlas con paciencia, resignación y conformidad en nuestros sufrimientos.

La Madre María enseñó y dio sus consejos durante treinta y cinco años, cuando nos decía:

"Hijos, estamos en bodas en comparación de lo que el mal quiere hacernos pasar, contrariedades, amarguras, guerras, calamidades, etc, etc, Ninguna de sus profecías dejó de cumplirse."

Quién alcance a comprender la Grandiosa Obra realizada por la Madre María encontrara el alivio a sus desventuras y la verdadera razón de nuestra vida en el mundo.

Unimos el nombre de la Madre María al de Dios, por haber sido ella a quien le correspondió hacer este trabajo, único en el mundo después de la desaparición de nuestro Señor Jesucristo; es la misma obra que cada 2000 años está escrito deben realizar los seres más adelantados espiritualmente.

No hay mal que no pueda vencerse con la unión del pensamiento de todos sus hijos, nos decía nuestra Madre: "Hijos, con el buen pensamiento unidos con Dios y la Madre podéis disipar la tormenta."

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CÓMO AYUDAR A LA HUMANIDAD I

Cómo ayudar a la humanidad I

Día a día, llamando el bien para todos, con voluntad firme, con fé firme, el rezo principal será:

Que con Dios por la Madre María se sanarán, con asistencia o sin ella, todos los enfermos del Universo que se hallen en los hospitales, sanatorios, manicomios, lazaretos, cárceles, hospicios, asilos, en los hogares y en todas partes, que los enfermos mentales recuperarán la razón.

Dios por la Madre María, sobre todos los presos, que tendrán conformidad para cumplir sus condenas, los que han cometido faltas que se arrepentirán y no lo harán más, y los inocentes que purgan faltas que no han cometido, recuperarán su libertad.

Dios y la Madre María sobre todos los que viajan, que están fuera del hogar o se hallen desempeñando ocupaciones de peligros para ganar el pan.

Dios por la Madre María que habrá unidad, paz, bienestar, trabajo y todo lo necesario en los hogares, lujos no, al que más tarde tenemos que dejar, que habrá trabajo para todos los que lo necesiten y trabajarán los haraganes, que habrá buenos sueldos y jornales que ganados con dignidad y sin perjuicio de un tercero permitan a todos vivir con desahogo y honestidad.

Dios por la Madre María sobre las industrias, el comercio y en particular la campaña para que haya buenas cosechas y frutos, que no habrá plagas de ninguna clase, ni pestes en los animales, que no habrá inundaciones, sequía, que lloverá dónde sea necesario, y que llueva o no, Dios el producto dará; aún sobre una piedra va a dar.

Que cada uno en sus trabajos, en sus estudios, en sus inventos, y demás quehaceres cualquiera fueren, tendrán progreso material y ayuda espiritual de Dios por la Madre María.

Con Dios por la Madre María no habrá epidemias, miserias, huelgas y desastres.

Dios por la Madre María que ilumine y proteja siempre a nuestro presidente y todos los gobernantes de los distintos pueblos del mundo, para que haya paz y dirijan con acierto sus naciones, que tendrán buenas ideas y buenos sentimientos, y que Dios gobernará por ellos.

Dios por la Madre sobre los ejércitos, policías, bomberos y todos aquellos que desempeñen tareas peligrosas.

Dios por la Madre sobre los jueces y demás funcionarios de la justicia, que no se equivocaran en sus fallos y resoluciones, que obrarán en conciencia, y sobre todos los legisladores, para que dicten leyes sabias y prudentes.

Dios por la Madre sobre los periodistas, que sean veraces en sus informaciones e imparciales en sus juicios, que no deformarán la verdad, y puedan desempeñar bien su trabajo, sin perjuicio de nadie.

Dios por la Madre María apartarán a los seres de los peligros que los amenacen.

Dios por la Madre que habrá paz y armonía entre todos los hombres, que triunfará el bien sobre el mal, y que el bien será universal.

Dios por la Madre que no habrá guerras, incendios, descarrilamientos, choques, accidentes, naufragios, inundaciones, terremotos, maremotos y temblores.

Dios por la Madre con nosotros sobre todos los seres para que no perezca nadie en catástrofes ni desgracias.

Dios por la Madre sobre la juventud, para que se orienten en el bien y los aleje de toda clase de peligros.

Dios por la Madre María salvarán a la humanidad de la ceguera, la perturbación y la locura. Que se disiparán odios, rencores, y que nadie se vengará de sus enemigos.

Dios y la Madre María con nosotros, vencerá sobre todas las desventuras de la humanidad entera, sin distinción de credos, de clases, ni de razas.

Sólo de este modo queda el bien sobre nosotros mismos, nunca entregarse sólo a lo propio, pensar que hay otros que lo necesitan más, al despertarse pedir a Dios por la Madre el bien sobre la humanidad.

Al levantarse no descuidar el aseo personal y cuidar la higiene hasta en nuestros alimentos, así nos enseña la Madre, porque la salud del cuerpo está relacionada también con la salud del espíritu. No olvidemos que el cuerpo puede estar sano y el espíritu enfermo, y el espíritu enfermo se manifiesta en el cuerpo, por eso hasta que el espíritu no llegue al nivel de su regeneración, pese a nuestros cuidados del cuerpo, no podemos esperar estar bien, con Dios y la Madre tendremos resignación para sufrir; es para nuestro propio bien y elevación espiritual.

Estando así, con Dios por la Madre, las esencias de bien quedan con nosotros, para nuestro progreso y el bien de los demás, sin tiempo y sin trabajo dedicado a Dios y a la Madre, no se logra la regeneración.

Antes de cada alimento, pensemos en Dios por la Madre para que bendiga nuestros alimentos y los de nuestros hermanos, que apartará lo malo que no se ve y quedarán las esencias de bien para nuestra alimentación regeneradora.

Lo mismo elevar "el pensamiento a Dios por la Madre al acostarnos y al levantarnos", no desesperar cuando sufrimos insomnio. Con Dios por la Madre dormiremos si es conveniente, sino no, a veces conviene estar despierto.

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